Ajusta el termostato
Baja la temperatura del termostato en invierno o súbela en verano; con solo unos grados ahorrarás energía y dinero.
Tu impacto
Consejos y pasos de la acción
Introducción
Aunque puede ser muy agradable poner el termostato a 80 °F cuando estás en casa en invierno, quizás cuando recibas la factura ya no te resulte tan divertido. Para mucha gente, un ajuste razonable del termostato en torno a 68 °F en invierno y entre 75° y 78 °F en verano es suficiente para sentirse a gusto. Y estos ajustes ahorran dinero. De hecho, casi la mitad del costo energético del hogar corresponde a la calefacción y la refrigeración. Ajustar el termostato solo unos grados puede suponerte un ahorro de entre un 5 y un 10% por año en calefacción o aire acondicionado y, además, con este gesto reduces las emisiones de carbono y la contaminación atmosférica.
Objetivo: encontrar un ajuste que sea confortable, te ayude a ahorrar energía y dinero, y tenga un impacto positivo.
1Encuentra el ajuste perfecto para ti
Mucha gente se siente muy a gusto con un ajuste del termostato en torno a 68 °F en invierno y de entre 75° y 78 °F en verano. Otras personas, por cuestiones de salud, necesitan ajustes más altos en invierno o más bajos en verano. Sin embargo, si no tienes circunstancias especiales de salud, puede que incluso te sientas mejor con estos nuevos ajustes. Cada persona es diferente; pruébalo y descubre qué es lo que te sienta mejor. El objetivo es encontrar el ajuste más eficiente desde el punto de vista energético que sea agradable para ti.
Tómatelo con calma. Si no estás listo para un gran cambio de golpe, prueba ajustando el termostato un grado cada vez. Pruébalo durante una semana para ver cómo te va. Si funciona, prueba otro grado hasta que alcances el nivel que te resulte más confortable y sea eficiente.
2Consejos para estar confortable en casa
Aquí tienes algunas acciones sencillas que puedes hacer para mantener el confort con los nuevos ajustes del termostato:
Ponte un sweater o un pantalón corto. Para estar a gusto con el nuevo ajuste del termostato, prueba a llevar ropa más abrigada en casa durante el invierno o ropa más fresca en verano. Puedes hacer que el cambio sea divertido. Revisa el armario y encuentra prendas para probar. O date un capricho y ponte un sweater nuevo para la ocasión. Las zapatillas cómodas, los calcetines gruesos y las mantas también son ideales para estar en casa en invierno. Del mismo modo, en los días calurosos de verano, la ropa suelta y ligera te puede ayudar a mantenerte fresco. También te ayudará beber mucha agua o bebidas frías. Es hora de poner en práctica la famosa receta de limonada casera de tu tía abuela.
Reorganiza el mobiliario. Comprueba si los lugares donde te sueles sentar, como el sofá o tu sillón favorito, están cerca de una ventana de acristalamiento sencillo o de una corriente. Si es así, considera cambiarlo de sitio para alejarlo de la corriente. En lugar de subir el termostato para calentar una esquina con corrientes de aire, localiza un lugar para sentarte donde la calefacción funcione bien. Además, piensa en sustituir la ventana de acristalamiento sencillo, poner cortinas que ahorren energía o sellar ese marco de la puerta con fugas para ahorrar más energía.
Utiliza un ventilador para ayudar a enfriar la habitación. Con el calor del verano, cualquier movimiento de aire crea un efecto de enfriamiento por el viento y hace que el cuerpo se sienta más fresco. Si utilizas un ventilador junto con el aire acondicionado, puedes subir el termostato 4 °F y seguirás estando a gusto. Ajusta los ventiladores de techo para que giren en sentido contrario a las agujas del reloj para aspirar el aire caliente. Recuerda que los ventiladores enfrían a la gente, no el espacio, así que apaga el ventilador cuando salgas de la habitación para evitar derrochar energía. Obtén más información sobre cómo mantener la casa fresca en verano con la acción No te calientes.
3Ajusta el termostato para cuando no estés y cuando duermas
Ajusta la temperatura antes de irte a dormir. Por la noche, mientras duermes, es un buen momento para bajar un poco más el termostato. Considera ajustar la temperatura a entre 55° y 60° en invierno y entre 80° y 85° en verano. Haz el cambio de forma gradual y encuentra la temperatura que te resulte confortable. Añade mantas adicionales a la cama en invierno y prueba a poner un ventilador junto a la cama en verano para que dormir con el nuevo ajuste del termostato sea más confortable para ti. Si tienes problemas para dormir, vuelve a ajustar un poco el termostato hasta que duermas profundamente. En definitiva, encuentra el ajuste con mayor eficiencia energética que sea confortable para ti.
Ajusta la temperatura antes de irte. La manera más fácil de empezar a ahorrar dinero y energía es asegurarte de que no estás calentando o enfriando una casa vacía. Si, durante el día, todos se van a trabajar o a la escuela, puedes ahorrar dinero bajando el termostato mientras todos están fuera. Puedes ahorrar hasta un 10% del costo en calefacción bajando el termostato de 10 a 15 grados durante 8 horas al día. Si tienes un termostato programable, configúralo para que se ajuste a tu horario diurno. Si no tienes un termostato programable, prueba a dejar una nota junto a las llaves del automóvil para acordarte de que debes ajustar el termostato antes de salir por la mañana.
Sé listo. O, mejor aún, considera instalar un termostato inteligente. Puede aprender tu horario y cambiar la temperatura por la noche o cuando estás fuera y refrescar o calentar la casa antes de que te despiertes o llegues a casa. Y puedes ajustarlo fácilmente desde el smartphone. Consulta la acción Instala un termostato inteligente para obtener más información.